Érase una vez el huerto de mi colegio, en el que decían que había un  alien malvado que a los antiguos alumnos les aterrorizaba, pero yo creía que eran paparruchas, hasta que un día, Teo, el secretario, fue al huerto y  vio baba viscosa.

Teo fue a decirle a la directora que había visto baba  viscosa. Yo oí todo a través de la ventana y fui al huerto, vi algo verde y…¡Me encontré con el alien! Y me di cuenta de que no era malvado sino  

bueno y que todo el mundo huía de él. Sólo quería tener amigos y no los tenía, por eso estaba triste.

Entonces tuve una idea: le iba a dar fama para que tuviera más amigos.

Y eso es lo que hice, fuimos a la playa y fungí que me rescataba del agua y funcionó a medias, bueno al menos tuvo un amigo que le dejó a los tres días. Entonces tuve otra idea: pedimos material escolar y construimos en cohete Llanos con el que fuimos al planeta Viscosín. Allí tuvo muchos amigos y estaba muy contento y nunca más volvió a estar triste.

Había una vez en Fontanar un colegio encantado en el que los columpios se movían solos y un día vimos a unos fantasmas huir de nosotros y el lunes pasado vimos a un vampiro subido al tejado del comedor. Salió Montse con la escoba y le dijo:

- ¡Cómo no te vayas te voy a dar con la escoba!

Y el vampiro salió atemorizado y los niños pudieron jugar en el patio en paz. Cuando recordamos ese día, tenemos que traer una escoba de casa y hacemos una fiesta en el colegio.